México, 26 dic (PL) Los efectos de traspaso de la depreciación del peso frente al dólar a la inflación se sienten hoy en las principales ciudades mexicanas, principalmente las ubicadas en la frontera norte. Durante la primera quincena de diciembre de 2016, el Índice Nacional de Precios al Consumidor presentó una variación anual de 3,48 por ciento.
Las 46 ciudades consideradas en este indicador registraron incrementos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Las seis entidades que mostraron los aumentos más elevados en los precios fueron Tijuana, Baja California; Tepatitlán, Jalisco; Matamoros, Tamaulipas; Ciudad Juárez, Chihuahua; Ciudad Acuña, Coahuila, y Mexicali, Baja California.
Kristobal Meléndez, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, refirió que los altos índices corresponden a que la mayoría de los territorios mencionados son fronterizos, por lo que el comportamiento del tipo de cambio los impacta de una manera significativa.
Debido a que la principal actividad económica que se desarrolla en estas ciudades es la manufactura, tienen que obtener gran cantidad de materia prima y piezas de Estados Unidos.
«El tipo de cambio más alto hace que el precio de todos estos materiales incremente y entonces, al salir al mercado, los productos son más caros», dijo.
Destacó que si los sueldos se mantienen constantes o con un incremento mínimo, las personas con menor poder adquisitivo no pueden conseguir ciertos productos por el alto costo, lo que provoca que menos productos logren salir a la venta.
«Se hace un círculo vicioso que afecta la actividad industrial al ir bajando la economía de estas entidades», apuntó.
Refirió que esos niveles pueden acrecentarse durante los años siguientes en las ciudades fronterizas con la liberación de los precios de la gasolina y la entrada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
También por una posible renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con lo que al tipo de cambio habrá de aplicar aranceles, aumentando así los precios de productos intermedios y la inflación.